Entrevista a Encarni Maldonado
Agricultora con solo 21 años comenzó a ocuparse de los invernaderos de la familia. Forma parte del consejo rector de Hortamar.
Encarni Maldonado es agricultora e hija de agricultores. su profunda convicción agrícola hunde sus raíces en la Alpujarra granadina, concretamente en Murtas, que evoca el aroma de los pellejos de vino, de los higos secos y de las olivas recién vareadas.
Pero la realidad de Encarni es ahora bien distinta, porque lleva adelante invernaderos en Roquetas y en Vícar en los que se cultivan pimientos california, pepinos holandeses y tomates pera. además, forma parte del Consejo Rector de Hortamar, la cooperativa decana de Roquetas de Mar y una de las más veteranas de la provincia.
«Es imposible dedicarse a la agricultura si no te gusta mucho», asegura Encarni que comenzó a los 21 años a hacerse cargo de los invernaderos familiares, por los problemas de salud de su padre. quizás sea difícil imaginar a una chica de esa edad – casi una niña- enfrentándose al reto que representa una explotación agrícola bajo plástico. sin embargo, Encarni decidió asumir el reto pensando en la familia y, seguramente, por pura vocación.
Reconoce que era consciente entonces de las dificultades y los esfuerzos que le esperaban, pero había que enfrentarse a la realidad. y la realidad eran los invernaderos, el día a día de los cultivos, la cooperativa. la ilusión de ver las matas cargadas de producto…
Para muchas personas, el medio agrícola es sinónimo de machismo, pero quienes lo han vivido de cerca tienen otra visión. Encarni no ha conocido en absoluto discriminación alguna por ser mujer. «Siempre he contado con el respeto de mis compañeros. Si acaso, he notado algún gesto machista de parte de los trabajadores, pero, en general yo no he tenido ningún problema en la agricultura por ser una mujer y encargarme de los invernaderos yo sola».
Otra cosa es conciliar el trabajo en el invernadero con la casa. Encarni tienen dos hijos y sabe lo difícil que es ocuparse de la familia y de la agricultura al mismo tiempo. «Si no fuera por mi madre sería imposible hacerlo todo», reconoce Encarni. En cualquier caso, la lección más importante la aprendió de su familia: «Hay que trabajar mucho para llevar
Cuando se habla del modelo agrícola almeriense siempre aparece el concepto de agricultura familiar como la característica más singular. Sin embargo, más allá de las definiciones académicas, está la realidad las redes familiares, de los vínculos que trasmiten los valores que han hecho posible convertir un páramo en un vergel, una tierra de emigrantes en una tierra de acogida. La familia, al fin y al cabo.
Encarni recuerda que al principio su padre, Juan Maldonado, llevaba el género a la alhóndiga. Después, fue su madre Encarna Martínez quien decidió incorporarse a la cooperativa. Desde entonces, Hortamar se convirtió para Encarni en una especie de extensión de la familia. «Me encanta esta
Además, la cooperativa es un nexo de unión muy importante con las constantes innovaciones que se viven en la agricultura almeriense. «Estamos siempre pendientes de la última innovación que llega a la agricultura. Aprendemos de nuestra propia experiencia, pero también del apoyo de los técnicos de la cooperativa que son una pieza esencial», comenta Encarni a quien no le genera inquietud alguna las nuevas ideas y tendencias que periódicamente tocan a la puerta del invernadero.
De hecho, ha iniciado ya la conversión de su invernadero dedicado a pimiento california para convertirlo en ecológico, un importante paso que va a afrontar de la mano de la cooperativa.
De cara al futuro, Encarni vería con buenos ojos que sus hijos eligieran también esta profesión. Sin embargo, está convencida de que esta opción sólo es posible en el caso de que les guste esta forma de entender la vida que es la agricultura. «De momento, se están formando y aún les queda tiempo para decidirse».
Fuente de la Noticia Periódico Agricultura 2000 Edición 214 de Octubre 2018. Entrevista realizada por Jacinto Castillo
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